1. Pensar lo molesto que sería que nuestro perro pudiera hablar ¿Dónde has estado? “Actuas raro”.
2. Solo ellos (mis perros) saben cómo soy realmente.
3. Te encuentra chuches de tu perro en cualquier bolsillo así como bolsas de las “cacas”
4. Tu perro se ha quedado dormido en tu piernas y piensas en cancelar tus planes por no despertarlo.
5. Ese momento en que decides borrar fotos de tu cámara y eres incapaz de borrar en las que él sale.
6. Cuando sales por ahí y solo sabes pensar en cuando volverás a casa para ver a tu perro.
7. Pensar que un perro es más popular que tú a pesar de que él no hable.
8. Pensar en por qué a mi perro tarda más en elegir el sitio para cagar que una madre eligiendo el nombre de su primer hijo.
9. Estar viendo la tele y ver que tu perro se te queda viendo fijamente porque se quiere ir a cama contigo. Cuando lleva durmiendo todo el día por su cuenta.
10. Pensar en lo fácil que es hablar con tu perro sobre todo porque ellos no te contestan.
11. Pensar en porque tu perro se come sus cacas, que después vuelven a echarlas y vuelven a comerlas. Es como una pescadilla que se muerde la cola.
12. Pensar en cómo caminas por la calle con la bolsa de las cacas como si no tuvieras esa bolsa en las manos.
13. Pensar en lo bueno que sería que todo el mundo te entendiera como tu perro te entiende sin tener que explicarlo.
14. Pensar en que los perros pudieran hablar la de cosas que podrían decir de nosotros (buenas y no tan buenas).
15. Pensar en la paradoja de que usas un neutralizador de gérmenes después de saludar a un amigo con gripe pero le das besos a tus perros sabiendo que se huelen el trasero entre ellos…
16. Pensar en que si a alguien lo gustan los perros, no son personas de fiar.
17. Pensar en lo inteligentes que son nuestros perros ya que saben trucos como patinar o detectar explosivos y lo tonto que son cuando se tiran un pedo ruidoso y se asustan con sus propios gases .
Vía: https://barkpost.com por Katie Haller
Toki, Bulldog 